Si fue el mundo
o el año
que nos hizo aves negras
esas olas imperfectas
que morirán por lo justo
Si fue la luz
polvorienta de la calle
que nos dejó
inquietas, desiguales,
cuerpos de venus
del renacimiento
Si fue la ternura
inalcanzable
con sus miradas de lince
el otro idioma de flores…
que no miramos
O tal vez fue
que nos abrimos a los brazos
de las arrugas
adornos del ir y venir
sobre la tierra cruel
Nuestra sentencia:
no poder con lo simple
dar el alma a las espinas
y apostar a la guerra
del fuego interno.