Cronopios y famas,
de Julio Cortázar

Humorismo, amor a los detalles de la vida cotidiana, lo lógico- científico como antesala de lo irónico-fantástico y protagonistas abstractos (cronopios, famas y esperanzas) es lo que encontramos desde la primera página.
Minificciones desconcertantes cuya intención se antoja paródica. El tono explicativo de una “normalidad” dan indicios de que encontraremos el sentido de las narraciones en el comportamiento social, no obstante, no se logra hallar con facilidad ¿de quiénes habla? es un misterio.
Acaso esto, no es una burla por parte Cortázar. Siendo los cronopios, famas y esperanzas, entes indeterminados, los nombra como “de sobra conocidos por todos” y, por lo tanto, no se molesta en definirlos, ni describirlos de manera concreta para que los imaginemos, (“verdes y húmedos, malhumorados, microbios relucientes” no es suficiente, al menos no para mi).
No obstante, el desconcierto, el universo de los Cronopios y famas es comprensible, plagado de dramas, toques y relaciones que parecen humanos.