
El lobo, aparte de su orgullosa altivez, es inteligente, un ser sensible y hermoso con mala fama… Trata de sobrevivir. Y observa al humano: le parece abominable, lleno de maldad, cruel; tanto así que se suele utilizar proverbios tales como:
“Está oscuro como la boca de hombre”, para señalar algún peligro nocturno, o “el lobo es el hombre del lobo”, cuando este animal llega a ciertos excesos de fiereza semejante a la humana.